EJERCICIO PELÍCULA "MATCHPOINT"

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LA RESEÑA CRÍTICA

Es un texto expositivo - argumentativo que implica, en primer lugar, haber comprendido muy bien el producto cultural (obra literaria, cuento, película, pintura, ensayo, etc.) reseñado como para poder resumir lo esencial de su contenido, pero además, es necesario que quien realiza la reseña (el escritor) esté en condiciones de emitir opiniones y juicios de valor fundamentados acerca del texto leído. En la reseña crítica se hace un recuento del contenido de una obra, de sus ideas esenciales y aspectos interesantes, al tiempo que se hace una valoración crítica del mismo. El autor de la reseña debe aclarar que la valoración de la obra corresponde a su posición, dejando al lector en libertad de que se forme su propia opinión. Cumplidas las dos condiciones anteriores, se requiere poner en funcionamiento todos los conocimientos que tenemos en el campo de planeación, textualización y revisión de textos, para poner por escrito nuestras ideas de acuerdo con la estructura de este género. Las reseñas son muy importantes porque, a través de ellas, no sólo nos enteramos del tema de una obra sino de la forma como ésta es recibida por la crítica. Es de vital importancia la revisión del texto en función de garantizar y facilitar su seguimiento y comprensión por parte del lector. Adaptación textos de Mabel Giammatteo www.fu-berlin.de.y Maribel Pumarejo. Depto. Gramática. USA La estructura, en general, de una reseña crítica consta de las siguientes partes: 

1. Título 
2. Presentación del producto cultural (en este aparte se consignan los datos bibliográficos que encabezan el texto: nombre y apellido del autor, título de la obra, la ciudad donde se editó, nombre de la editorial, fecha de edición y número de páginas).
3. Resumen expositivo del texto reseñado (aquí se presentan, en forma selectiva y condensada, los contenidos fundamentales del producto cultural).
 3. Comentario crítico - argumentado del producto cultural.
4. Conclusiones.

"EJEMPLO"

Comentario de Eugenio Sánchez Bravo en “Aula de Filosofía”:
“Woody Allen vuelve en Match point a un tema que ya había tratado antes en Delitos y faltas (1989). Un marido infiel es acosado por una inestable amante para que deje a su feliz y adinerada esposa, así que al primero no le queda otro remedio que eliminarla. Si bien en Delitos y faltas le encarga el trabajo a su hermano, en Match point es el propio marido el que comete el asesinato.
La situación dramática que plantea Woody Allen en esta película posee como trasfondo filosófico explícito las reflexiones de Raskolnikov en Crimen y Castigo de Dostoievski: ¿es legítimo el asesinato si de ese modo obtenemos un bien mayor? ¿pueden los hombres superiores vivir por encima del remordimiento y la culpa que atenazan a los inferiores y cobardes?…
En ese caso, ¿sería usted capaz de decidirse, para salir de una situación económica apurada o para hacer un servicio a la humanidad, a dar el paso…, en fin, a matar para robar?, pregunta el juez a Raskolnikov para obligarle a confesar. Por ejemplo, si para que alguien pudiese parir por fin una solución contra el SIDA fuese necesario el sacrificio de cien inocentes, ¿no sería adecuado ofrecerlos a cambio? Evidentemente el protagonista de la película no comete el asesinato persiguiendo un fin tan elevado como el progreso científico o la vida de miles o millones sino sólo para proteger su cómodo estilo de vida. En cualquier caso, el razonamiento es el mismo.
Planteada la cuestión, se resuelve de un modo diferente en la novela de Dostoievski que en la película. El novelista ruso obliga a Raskolnikov a renunciar a sus ideas nihilistas y a buscar la redención a través del verdadero amor, la confesión y el arrepentimiento. El protagonista de Match Point reconoce que le hubiese gustado que la policía lo hubiese detenido porque eso sería fundamento suficiente para confiar en que el mundo tiene sentido, que el Bien y la Justicia dirigen, al fin y al cabo, la ridícula tragedia humana. Sin embargo, la suerte le es favorable y la policía pierde su pista. En lugar de confesar, como ocurre en Crimen y Castigo, no le resulta demasiado difícil esconder su conciencia moral debajo de la alfombra y seguir viviendo feliz tras cometer el crimen. En mi opinión, el mejor momento de la película ocurre cuando el protagonista dialoga con los fantasmas de sus víctimas:
– Nola: Chris.
– Chris: Nola, no fue fácil. Pero al llegar el momento, pude apretar el gatillo. No conoces a tu prójimo hasta que hay una crisis. Uno aprende a esconder la conciencia bajo la alfombra. Tienes que hacerlo. Si no, aquello te supera.
– Mrs. Eastby: Y yo, ¿qué? ¿Qué hay de la vecina de enfrente? Yo no tenía nada que ver en este horrible asunto. ¿No hay problema en que yo muera, siendo inocente?
– Chris: Los inocentes son sacrificados a veces, por un orden mayor. Usted fue un daño colateral.
– Mrs. Eastby: También lo fue su hijo.
– Chris: Sófocles dijo: “No haber nacido nunca, puede ser el mayor de los favores. “
– Nola: Prepárate a pagar el precio, Chris. Tus actos fueron torpes. Llenos de fallos. Como de alguien que suplica ser descubierto.
– Chris: Lo correcto sería ser descubierto y castigado. Al menos habría una mínima señal de justicia. Una mínima cantidad de esperanza en un posible sentido.
Este problema filosófico ya había sido planteado por Platón tanto en Gorgias como en el libro I de República. Sócrates defendía que era preferible “padecer injusticia antes que cometerla”. Quien comete injusticia puede que obtenga riquezas y poder pero pierde su posesión más valiosa, el alma. Aunque el diálogo República es más conocido por contener la exposición de las ideas políticas de Platón, en realidad el hilo conductor es resolver la cuestión: ¿puede alguien cometer injusticias, por ejemplo, un tirano, y tener una vida plena y feliz? Demostrar que esto es imposible es esencial dentro de la metafísica platónica donde todo el Universo gira en torno a la Idea del Bien que reina junto a la Belleza y la Justicia sobre el mundo visible. Pero ¿y si no fuese así?
La filosofía de finales del s. XIX puso punto final a las esperanzas platónicas. Como demostró Schopenhauer y recordaba Nietzsche, el “viejo sol” del Bien platónico ya no guía más los pasos de la humanidad. No era más que el instrumento de los débiles para contener las ansias de poder de los fuertes. Pero estos, propone Nietzsche, han de extirparse la venenosa conciencia moral que Platón y el cristianismo imprimieron a la humanidad si quieren convertirse en superhombres. Y un modelo algo dubitativo de superhombre es el que propone Woody Allen en Match Point”.

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